Una mañana, el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, queda gratamente sorprendido al leer la siguiente noticia de la prensa: "Lupe, una joven madre mexicana, ha bautizado a sus recién nacidos gemelos, con los nombres de Peña Nieto y México".
Honrado por esta circunstancia, Peña Nieto decide hacer una visita a la mamá, como prueba de su profundo agradecimiento. Al llegar al domicilio de la Lupe encuentra a ésta dando el pecho al Peña Nieto, que chupaba con alegre afán del generoso pecho de su madre.
El presidente reitera constantemente su agradecimiento y pregunta a la joven madre de los gemelos, intentando ponerse simpático, como acostumbra.
— ¿Dónde esta México, el hermanito de este glotón precioso que no deja de mamar?
La Lupe le responde que desde hace un buen rato esta profundamente dormido.
Extrañado por la respuesta, el presidente tiene la osadía de pedir a la mamá que lo despierte, y así el tendrá la oportunidad de ver y conocer a la criatura. La respuesta de la Lupe deja anonadado a Peña Nieto
— Señor presidente, no le aconsejo despertar a México, porque si México despierta... ¡Peña Nieto deja de mamar!
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